Analizamos la película de animación Ice Age: el gran cataclismo (Ice Age: Collision Course), la quinta entrega de la saga dirigida por Galen T. Chu y Mike Thurmeier
El deshielo se está alargando mucho más de lo previsto inicialmente: Ice Age: el gran cataclismo (Ice Age: Collision Course) es la quinta entrega de las aventuras de Scrat y compañía y a la franquicia le pesan los años de forma manifiesta. ¡Y es que ya son 14 desde que se lanzara la primera cinta de La edad del hielo en 2002!
Como en todos los episodios anteriores, la familia de mamuts compuesta por Manny, Ellie y Morita se enfrenta a un nuevo reto ya relacionado con la madurez de la joven. Junto a Julian va a formar un nuevo hogar y sus padres tienen que dejarla volar.
Con diferencia, estas tramas son las más endebles y repetitivas en cada una de las películas de Ice Age, pero los guionistas parecen tener la idea fija en la mente de incluirla a pesar de estar dirigida en un 90% al público infantil.
A nivel colectivo en Ice Age: el gran cataclismo, deben enfrentarse a una amenaza mucho más global que será la que les lleve a unir sus fuerzas: evitar que un enorme meteorito colisione con la Tierra y los lleve de boca a la extinción masiva, como pronostica una profecía.
Personajes de Ice Age: el gran cataclismo
Los ganchos para el público adulto (al margen de las moralinas familiares) son un buen puñado de referencias cinéfilas muy logradas que le sacan la sonrisa al espectador porque a pesar de los inconvenientes sigue siendo un episodio a la altura de las expectativas: la calidad de la animación es rotunda, el sentido del humor funciona en la mayoría de los casos de una forma lo suficientemente fluida como para hacer de la cinta un entretenimiento digno (aunque lejos del sobresaliente) y la narración sabe introducir nuevos personajes para refrescar la galería de los ya conocidos.
Scrat, el nuevo Coyote a quien mantener su bellota a salvo le cuesta sangre, sudor y lágrimas, encuentra un nuevo contexto lleno de posibilidades: el espacio.
Los sketches que protagoniza, más largos y elaborados que de costumbre, tienen además el clásico ya efecto bola de nieve en los sucesos que tienen grandes consecuencias en nuestro planeta azul, pero es que además es el responsable directo, con su inagotable pasión por el fruto, de la formación de la Vía Láctea: consigue que Saturno "se enceste" en su anillo de gases, que Marte se convierta en el paraje inhóspito que conocemos o que se forme el gran anticiclón de Júpiter.
Algunos personajes siguen funcionando de maravilla a pesar del paso del tiempo como son Buck, Sid y su abuela y además, siguiendo la estela de otras grandes producciones que, casualidades de la vida o no, han introducido también cierto rollo hippie en sus trabajos (se me ocurren dos ejemplo: el coleccionista de mascotas de El viaje de Arlo y la comuna hippie de Zootrópolis por no ir más lejos), tenemos ese rincón de hedonismo y eterna juventud liderado por Shangri Llama en el que Sid encontrará el amor de su vida: Brooke.
Se nota que la fórmula está muy agotada y que o bien se repite en algunos temas o bien tiene que buscar lo rocambolesco para mantener el interés del espectador.
Resumen: es hora de pasar página ahora que la calidad todavía se mantiene para traer historias frescas. No encontrarás en el metraje nada particularmente novedoso y sí, los pequeños seguirán pasándoselo bien en el cine sin grandes trascendencias porque se mantiene la línea del entretenimiento sin que llegue a ser memorable.
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