La gran apuesta romántica del verano es Antes de ti en la que podemos ver a una Emilia Clarke muy lejos de su personaje en la serie Juego de tronos. En la adaptación cinematográfica de la novela "Me Before You" de Jojo Moyes da vida a Lou Clarke, una joven que ha renunciado a sus sueños para sacar adelante a su familia con su trabajo precario. Lejos de dejar que cunda en ella el desánimo cuando es despedida de forma imprevista, encuentra un trabajo que le cambiará la vida: cuidar a Will Traynor (Sam Claflin), un hombre tetrapléjico que ha perdido las ganas de vivir.
El guión, escrito por la propia escritora, es fiel al espíritu de la novela (como no podía ser de otra manera) trasladando la candidez de Lou a la gran pantalla con notable soltura pero arrastrando también todos los clichés del género que solo sabrán apreciar quienes disfruten de melodramas de este calibre.
Los ingredientes archiconocidos: un amor imposible, ideal y acaso platónico entre una mujer que es todo candidez, ternura, alegría y buen rollo y un cascarrabias que la trata como a un calcetín. Antes de ti quizás se recrea demasiado en el tópico. Y es que lo que está corrupto desde el origen es la propia trama y no tanto su traducción en imágenes: al final es la historia de siempre en la que un hombre tiene que abrirle las alas a una mujer para que pueda volar. Con su beneplácito y en la dirección que él le marca, se supone, así que aquí tenemos a una moderna Pretty Woman mucho más inmadura y socialmente menos transgresora.
¡CUIDADO, SPOILER! Sobre el debate realmente interesante que podría haber abierto sobre la eutanasia y que generó bastante polémica en el estreno tampoco es que haya demasiado de donde rascar. Películas como Mar adentro fueron más sinceras, realistas y humanas a la hora de abordar las limitaciones de un hombre que solo podía volar en su imaginación y que extinguía su existencia dejándolo todo atrás de la manera más conmovedora posible, dando fe de que amó y sintió hasta el último instante de su vida. Es difícil empatizar con un personaje como el de Will Traynor en Antes de ti, que lo tiene todo y al que no llegas nunca a comprender por más que su situación física no le acompañe. FIN DE LOS SPOILERS.
Hay química entre Emilia Clarke y Sam Claflin pero también hay un momento en el que queda al descubierto su comportamiento infantil y la artificialidad de su relación. Ambos se mimetizan bien con sus personajes: ella irradiando esa luz de las personas que van regalando sonrisas y algo de aturdido optimismo y él cargando con su mochila de tortura personal y de cansancio existencial.
Sam Claflin y Emilia Clarke en Antes de ti
Sam Claflin y Emilia Clarke en Antes de ti
Pero da la sensación de que cuando hay que ser valiente y encarar los problemas que se abren entre ellos: el sexo, el futuro, las frustraciones de un hombre postrado... solo encontramos ceños fruncidos y una banda sonora deprimente y lacrimógena que advierte al espectador que es el momento de emocionarse.
Con diferencia el acompañamiento musical es el mayor lastre de la película porque subraya lo obvio intentando trasladar una carga dramática que la propia película no alcanza a mostrar...
Habrá quien se deshaga en lágrimas en el cine, pero el caso es que no llega a conmover en un sentido positivo
Más bien tenemos que afrontar una política de hechos consumados que no es que sea demasiado inspiradora... Con todo, al menos se trata el tema con respeto.
Apenas tienen espacio en la narración pero Charles Dance y Janet McTeer son dos secundarios de excepción interpretando al matrimonio Traynor y quizás regalándonos uno de los momentos más estremecedores del relato: aquel en el que debaten acerca del destino de su hijo.
Al final, Antes de ti peca de ser en exceso elegante, pasando de puntillas por un tema en el que habría merecido la pena profundizar más sin el lastre de tener que contarnos una historia de amor muy forzada que no nos aporta nada nuevo. Se deja ver, con muchas reservas...
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